Fuente: elpais.com
Los efectos secundarios de un medicamento no siempre son molestos o peligrosos. En algunos casos son tan positivos que ascienden de secundarios a principales. Es lo que sucedió con los agonistas del receptor GLP-1, una familia de fármacos que en España se comercializan, sobre todo, bajo el nombre comercial de Ozempic. Se patentó hace unos años para ayudar a los enfermos de diabetes. Después pasó a ser una milagrosa droga adelgazante, aunque muchos expertos advierten contra su uso descontrolado para perder peso rápidamente. En los últimos meses, además, se está estudiando si podría servir también para tratar adicciones, ya que algunos usuarios han reducido el consumo de alcohol. Es pronto para confirmarlo, pero ya hay estudios científicos que parecen señalar algunos de los motivos tras esta bajada del consumo que, en cualquier caso, no afecta a todos los pacientes por igual.
“Dejé de beber”, afirma tajante Toñi Venegas, de 52 años, en conversación telefónica. “Yo soy de Sevilla y aquí somos muy de salir a tomarnos nuestras cervecitas”, explica, “pero a raíz de pincharme, de repente, no me apetecía”. Venegas lleva pinchándose un agonista del GLP-1 casi un año. Ha perdido 12 kilos. Cuando empezó con su dieta y su medicina, notó que le apetecía menos comer, pero no esperaba perder también las ganas de beber. La cerveza le sabía mal, no se la pedía el cuerpo. Así que fue a hablar con el doctor Cristóbal Morales, endocrino del hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, y le contó este sorprendente efecto secundario.
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